QUIÉN SOY? ( y El TaNgO mE aYuDo EsTa VeZ)
Entonces, tengo 34 años, tres luxaciones de rodilla izquierda, una fractura de rótula derecha. Una cirugía de hernia umbilical, un esguince en el tobillo derecho. Unos grandes y expresivos ojos cafés que se aclaran con la tristeza; una pequeña pero perfecta nariz, unos labios sensuales, según dicen por ahí. Una voz impresionatemente dulce, unas manos llenas de ternura para dar; un corazón inmenso que tiene ganas de amar y que lo amen, como se merece, por su puesto.
Tengo mil palabras en mi alma para ser cantadas y vividas. Una sonrisa inolvidable y besos en los labios que maten de pasión.
Una mariposa con alas de música que escribió en mi piel que el amor se recuerda, aunque haya partido hace años.
Unas infinitas ganas de aprender en este camino loco que pone la vida para mi; unas ansias locas por destapar la caja de pandora que se quedó atrapada en mis pulmones.
Tengo mil y una preguntas, la mayoría sin respuesta, que acomodo todos los días en mi cerebro y las voy pasando de a pocos por mi garganta, que a veces quiere gritar.
Tengo una infinita esperanza, que algunas veces llena de ansiedad mi estómago, haciendo a un lado las mariposas que revolotean cuando me gusta alguien.
Tengo la caricia de mi madre pegada en el recuerdo y en el alma: la sonrisa de mi padre gravada en la pupila como un tango de arrabal. Las palabras claras y los silencios tímidos de mi hermano, que de a poco se fue convirtiendo en mi mejor amigo.
Tengo atadas a los dedos de mi mano izquierda a mis amigos del alma que han transitado mi existencia y han dejado una huella indeleble, una huella grabada en piedra.
Tengo las memorias de mi abuelo y de mi tío atadas a los dedos de mi mano derecha y son ellos quienes me dan la bienvenida al campo de las decisiones, por dificiles que sean.
Tengo en mi cabello enmarañado, la belleza tácita de las cosas pequeñas; cosas que desde niña me deslumbran.
Como los Acoiris y el imaginario que al final esta un duende esperándome con mucho oro en sus manos. O como las mariposas multicolores que quiero en todas partes para que me recuerden que uno de mis dones es sanar.
Los delfines que AmO desde tan pequeña y que contemplo como si fueran de otro Universo, aún sintiéndolos tan propios.
Las margaritas blancas y amarillas que quiero en mi ventana todos los domingos, esas que me susurran al oído si me quieres o no.
Las hojas secas tiradas en el suelo, como esperando a que yo pida un deseo por cada una que aplasto con mis pies.
Como sentarme en un parque a ver a las personas e imaginarme todo su historia, el color de las paredes de su casa o si tienen gato y como se llama.
Tengo las tardes del Sol, anaranjadas, tranquilas, calientes, inmensas, como cuando están escuchando un millón de secretos que se desaparecen cuando llega la noche.
Tengo la música en mis vena, como una estampida en el desierto. Tengo al tango, al jazz, al blues metidos entre las arterias, como con ganas de salir a volar y llegar hasta Londres, Argentina, Chile, Peru, Australia, Egipto. Hasta el pacífico Colombiano con ganas de tomarle una foto a una ballena jorobada.
Tengo las cuerdas de mi guitarra, esperando por mi, por mi voz
Tengo el tesoro de la niñez, encerrado en una cajita,convertido en imágenes.
Tengo las ganas de respirar Profundo 50 veces en frente del mar, para rescatar mis sueños más preciados y hacer que viajen en avión por el mundo.
Tengo los tambores en mi corazón para que me recuerden poner muy bien los pies sobre la tierra y que cuando llegue la tormenta me pueda sostener.
Quiero una tarde entera contigo, para conocerte, para saber que se siente estar metida en el corazón y la mente de alguien.
Quiero Tres millones de canciones que retumben en mi mente para tener algo que decir cuando llegue el silencio.
Quiero
Una
Canción
Que
Me
Haga
Vivir
En
El
Aquí
Y
En
El
Ahora...
Y así dejar atrás todo esto que me ahoga y no me deja crecer!!!!!!
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